Entendemos autoestima como el concepto que tenemos de nuestro propio valor, basado en los sentimientos, pensamientos, sensaciones y experiencias que tenemos en relación con nosotros mismos. Uno de los elementos y componentes clave en la autoestima es lo que se denomina en psicología autoimagen.
La imagen corporal es cómo la persona se ve a sí misma y cómo se percibe cuando se mira en el espejo, es decir, cómo la persona cree que es, por tanto siempre es una representación subjetiva.
La imagen corporal también tiene que ver con los sentimientos y emociones que experimenta la persona respecto a cómo percibe su físico, cómo se siente con su cuerpo y dentro de su propio cuerpo.
La imagen corporal influye mucho y directamente sobre nuestra autoestima, así, a mejor imagen corporal, mejor autoestima y viceversa. La persona que tenga una autoimagen positiva, tendrá una autoestima fuerte.
Algunas personas tienen dificultades con su autoestima y su imagen corporal al entrar en la pubertad, porque es una etapa en la que el cuerpo atraviesa gran cantidad de cambios. Estos cambios, en combinación con el deseo de sentirnos aceptados por nuestros amigos, implican que puede ser tentador que nos comparemos con los demás. El problema con esto es que no todos crecen o se desarrollan al mismo tiempo ni del mismo modo.
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